Archive for septiembre 2018
Suiza
Acabo de volver de una visita de algo más de una semana a Suiza. De ahí, como algunos pueden haber notado, del salto en la regularidad de estas publicaciones. A Suiza voy de vacaciones. Como creo que ya he mencionado alguna vez y como saben los que me conocen, tengo unos potentes lazos familiares con el país alpino. Puesto a precisar, en la parte alemana de la Confederación.
En más de una ocasión he valorado las diferencias de la asistencia pediátrica entre Suiza y Catalunya, cuando los términos comparativos de población y extensión aproximan las magnitudes: Suiza tiene 8,3 millones de habitantes, por los 7,5 de Catalunya; 41,285 km2 de extensión Suiza y algo más pequeña Catalunya con 32,108. Aunque los Alpes dejan bastante despoblada una notable parte del país helvético, las densidades de población relativas, 202Su/224Cat son parecidas.
También son comparables la mortalidad infantil y la expectativa de vida, como datos demográficos de salud. Probablemente ahí se acaban las comparaciones. La renta per cápita suiza casi triplica la nada desfavorable catalana (GDP 80.000$/32.000). Mucho menos comparable es la organización administrativa, la legal, la militar o las comunicaciones, cuando Suiza no tiene acceso al mar.
La asistencia sanitaria es bastante diferente, sobre todo en la forma de financiación. En Suiza la asistencia es privada y cada ciudadano se paga la suya, aunque el sistema de seguros médicos es muy amplio y practicamente obligatorio para los empleados. No en vano Suiza es la meca de los seguros y reaseguros mundial. Quienes no alcanzan a cubrirlo tiene acceso a subvenciones (beneficiencia) de manera que no hay prácticamente nadie sin asistencia.
El sistema es caro, pero TODO en Suiza es caro.
Para conocer los detalles de la asistencia pediátrica, remito a los lectores al excelente resumen publicado hace unos meses por el Journal of Pediatrics por Oskar G. Jenni y Felix H. Sennhauser, Child Health Care in Switzerland en el suplemento del número de octubre del 2016. Se puede alli comprobar, al lado de las características de la Asistencia Primaria y Hospitalaria, como algunos problemas de tipo profesional, como las carencias de facultativos o su dispersión, son comunes en todas partes.
Me permito reproducir un párrafo:
In recent decades, increasing attention to psychosocial, developmental, and behavioral issues affecting child and adolescent health have expanded the role of Swiss primary care pediatrics in prevention, screening, and anticipatory guidance for parents.
(En las últimas décadas, la creciente atención a los problemas psicosociales, de desarrollo y de conducta que afectan la salud de niños y adolescentes ha ampliado el papel de la pediatría suiza de atención primaria en la prevención, el cribado y la orientación anticipada para los padres.)
Suena familiar, ¿no?
X. Allué (editor)
Politica sanitaria
La politica sanitaria en España sigue siendo un tema de debate constante. Desde la consideración de que el sistema sanitario español figuraba entre los mejores del mundo, hasta la constante queja de usuarios (horrible palabra para designar a los pacientes) y profesionales las contradicciones abundan. En general se alaban los logros, que serían los resultados, del sistema y se critican las incongruencias y desastres administrativos.
Después del largo período que llevamos de recesión económica y los consiguientes recortes presupuestarios, el sistema se mantiene renqueando gracias a la dedicación de los profesionales. Al tiempo, entre las administraciones no hay inocentes. La administración del estado, del gobierno del Partido Popular durante el último decenio, es reconocida como desastrosa, especialmente por los recortes económicos que no sólo han hecho retroceder salarios y prestaciones, sinó que han hipotecado el desarrollo que debería haberse producido durante esos 10 años, por aquello de que «las ciencias adelanatan que es una barbaridad» y que en estos tiempos tienen un progreso de aceleración exponencial. A ello se suma que la gestión de la asistencia en este país está traspasada a las Comunidades Autónomas, diecisiete situaciones que no son parejas ni en su capacidad, ni en su composición política ni en sus aciertos.
Adentrarse en el análisis de todo el fenómeno seguro que ocuparía un espacio que excedería el habitual de este blog. Podemos intentar fraccionarlo, pero aún así, si lo hiciésemos de forma secuencial corremos también el riesgo de aburrir a nuestros lectores para siempre.
De momento ofrecemos un texto del que somos autores, en la línea de «republicar» que nos es muy querida y por más de una razón, publicado hace un par de años que, al releerlo, nos parece que mantiene actualidad. Se refiere específicamente al sistema sanitario catalán, que tiene las competencias (aunque no los recursos económicos) en materia de salud transferidas desde hace casi 40 años.
Publicado en
Salud 2000
Política Sanitaria, nº 146, mayo 2015
La sanidad, la atención a la salud en Catalunya siempre ha tenido algunos rasgos peculiares. La actividad asistencial siempre se vio acompañada de iniciativas más teóricas sobre la noción de la salud, la gestión de la asistencia y el ejercicio de la medicina. Incluso en 1976, los Médicos y Biólogos de Lengua Catalana (1), reunidos en Perpiñán porque, muerto el dictador, aún no estaban las cosas para ciertas actividades, llegaron a presentar una nueva y avanzada definición de salud: aquello que permite una existencia
autónoma, solidaria y feliz.
Tampoco sería una novedad porque planes y proyectos sanitarios para Catalunya se vienen elaborando desde cuando la Mancomunidad, a principios del siglo XX.
Durante el primer gobierno de la Generalitat, tras constituirse las comunidades autónomas, se elaboró un proyecto detallado de cómo debería ser la sanidad en Catalunya desde la Consellería, en la que se habían integrado numerosas personas procedentes de la oposición al franquismo (y más concretamente del PSUC). El primer «Pla de salut» (2) delineaba las estructuras tanto organizativas como asistenciales en lo que sirvió de base para el desarrollo de la sanidad en los siguientes años. Las competencias en sanidad fueron transferidas a la comunidad autónoma de Cataluña en 1980, durante el primer gobierno de CiU. Se transfirieron las competencias, pero no los recursos económicos, que fueron objeto de negociaciones posteriores, pero nunca de forma completa o satisfactoria. A partir de la publicación de la Ley General de Sanidad y con las competencias asumidas se desarrolló lo que se ha dado a conocer como El modelo sanitario catalán (3). El proceso se consolida con la aprobación y puesta en marcha de la Ley de Ordenación
Sanitaria de Catalunya (LOSC) en 1990 (4). Diversas fuentes oficiales de la Generalitat, del Colegio Oficial de Médicos, de diferentes universidades en programas de formación han escrito largo y tendido sobre la sanidad catalana y sus características. Además, fuentes privadas, de gabinetes de estudios como CAPS (5), los consorcios hospitalarios o los de organizaciones sindicales, han aportado su visión de cómo es y, también, cómo debiera ser la sanidad en Cataluña.
Nadie ha aportado jamás pruebas creíbles,
ni contables ni clínicas,
de que la gestión privada sea mejor
La XHUP
La realidad catalana, por la que los centros hospitalarios dependientes de lo que fue el Insalud o el INP apenas cubrían la asistencia de la mitad de la población, y las dificultades de inversión llevaron a los gobienros de CiU a diseñar un modelo en el que se integrasen en la red asistencial pública to- da una serie de centros, algunos de nivel terciario como el Hospital Clínico de Barcelona o el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Se trata de hospitales de titularidad semi-privada, gestionados por fundaciones, patronatos o directamente por los ayuntamientos que, desde tiempo casi inmemorial (6), se han hecho cargo de instituciones asistenciales y hospitales locales. Gradualmente, a la XHUP (acrónimo en catalán de Red de Hospitales de Utilización Pública) se han ido incorporando hospitales existentes, otros reformados y otros más de nueva creación en diferentes municipios medianos y cabeceras de comarca, de manera que «no haga falta recorrer más de 30 km para encontrar un hospital en Catalunya», como anunció la Generalitat. La mayor parte de estos centros se agrupa en dos organizaciones patronales: la Unió Catalana de Hospitales y el Consorci Hospitalari de Catalunya. El régimen económico de estos centros es el del concierto con el CatSalut, el macroorganismo que gestiona los recursos económicos y fun- cionales de la Consejería de Salud en la estructura de la Generalitat.
El Institut Catalá de la Salut
El Insalud catalán se encuentra también bajo el paraguas del CatSalud, aunque mantiene una autonomía de gestión y un régimen estatutario para sus empleados. Lo forman ocho hospitales, cuatro en el área metropolitana de Barcelona, uno en cada capital de provincia, más otro en Tortosa, la población grande más alejada de la capital. Y , además, la red de Asistencia Primaria de Centros de Salud por todo el principado.
Lo que podría entenderse como hacer de la necesidad virtud, al considerar públicos los hospitales que, simplemente, funcionaban con dinero público, ha encubierto una gradual pulsión hacia la privatización de la asistencia y, también, una serie de casos de corrupción flagrante que resultan escasamente edificantes y que ponen en cuestión todo el modelo. (El último el tremendo caso Innova al insertarse más de 3000 prótesis de cadera defectuosas en connivencia de hospitales privados y una empresa fabricante con fuertes ligámenes con el ayuntamiento de Reus, con más de 70 personas imputadas)
La asistencia primaria, en cambio, ha mantenido la organización y estructura del antiguo INP de ambulatorios gradualmente transformados en centros de salud, en su inmensa mayoría propiedad y gestión del Institut Catalá de la Salut, conservando su funcionamiento presupuestario y la selección de personal en los parámetros de lo que siempre hemos llamado «la Seguridad Social», el «seguro». Esta realidad es habitualmente constestada, discutida y lamentada por las patronales de la XHUP por lo que tiene de control de los flujos de pacientes. El cómo se ha mantenido así ante los continuos embates de los diferentes gobiernos, partidos políticos, patronales y otras fuerzas vivas y poderes fácticos sigue siendo, para los que observamos la realidad de la sanidad pública, un interesante misterio (!).
Las mutuas
En Catalunya existe una larga tradición, ya centenaria, de mutualismo asistencial sanitario. Con ciertos altibajos a lo largo del tiempo, en los años del desarrollo económico de fin de siglo y principio del actual, la oferta e importancia han crecido de forma notable. En algún momento, casi el 50% de la población catalana había suscrito una póliza de seguro médico asistencial y hacía uso habitual de los recursos médicos y hospitalarios que ofrecen. Además, el mutualismo se extiende a los ámbitos de los accidentes, tanto los de tránsito como los laborales, que se mueven por circuitos paralelos al sis- tema asistencial público. Este sistema de doble cobertura asistencial ha funcionado satisfactoriamente para mucha gente, eligiendo uno u otro sistema en función de las características de sus problemas de salud. Se elige la mutua para la atención de situaciones como la maternidad, el parto, natural- mente los accidentes y una buena parte de la atención especializada como la cirugía electiva, la cirugía plástica, la oftalmología o la odontología, entre otras. Y, sobre todo, por la oferta hostelera de habitaciones privadas, escasa lista de espera y trato social y atención privilegiados.
La existencia de las mutuas ha llevado incluso a decir a algún dirigente sanitario que si no fuese por eso, «la sanidad pública catalana no podría absorber la demanda asistencial de los catalanes».
La oferta privada
Al lado de todo el sistema, se tiene que considerar la prestigiada oferta privada de asistencia médica. En lo que un día se concibió como el «Barcelona Medical Center», varios centros hospitalarios de alta calidad se postulaban como centro de atención tanto para pacientes autóctonos como procedentes de otras áreas del Estado o del extranjero. Lo que fueron antiguas clínicas privadas cuyos titulares eran médicos de prestigio y, más tarde, familias, se han ido transformando en institutos como Dexeus, Puigvert, Barraquer o Planas, dedicados a especialidades concretas (ginecoobstétrica, oftalmología, cirugía plástica), u otros especializados como el Instituto Gutmann, y los hospitales privados SCIAS, Teknon, Quirón y otros.
La política de la Consellería de Sanitat ha procurado en los últimos años encontrar una forma de conciliación con todo el sistema. Aunque, tratándose de gobiernos conservadores, se ha hecho protegiendo en todo momento los intereses de las instancias privadas, y seguir manteniendo, aunque sin crecer, los centros del ICS, que, como suele suceder, asumen la patología más com- pleja y onerosa. Esta fórmula permite que unos ganen dinero y otros reciban atención cuando las cosas se ponen feas…
En el relato de la «Historia» del mo- delo catalán se incluye toda una serie de disposiciones y regulaciones que se muestran en la página web del CatSalut (7), especialmente en los últimos años, bajo una supuesta reforma que en realidad no aporta más que «humo» político ante una gestión embarrancada en recortes e insuficiencias.
En general, sin embargo, la apreciación es que se trata de un buen sistema sanitario con excelentes resultados clínico-asistenciales y razonablemente ajustado a los presupuestos económicos, lo que lo sitúa sin ambages entre los mejores del mundo. Buenos resultados y un coste proporcionalmente muy bajo cantan la eficacia del sistema.
Lamentablemente, y en los últimos años, se ha sumado a las dificultades económicas y financieras de la crisis económica la aparición y desarrollo del movimiento soberanista, agudizado a partir de las sentencias adversas al nuevo Estatut de Catalunya, que han dado lugar a la percepción generalizada de que las cosas deben cambiar. En lo que respecta a la sanidad, los tremendos recortes presupuestarios de los últimos gobiernos de CiU, sumados a los a su vez promovidos por los realizados por el gobierno del Estado, han determinado un grave deterioro tanto de la asistencia como de la satisfacción de los profesionales, que han visto sus sueldos reducidos dramáticamente y sus expectativas profesionales coartadas. A la vez se contempla un gris panorama futuro cuando los recortes han afectado muy seriamente a los programas de investigación, con la consiguiente repercusión tanto a corto como a largo plazo.
Para muchos, la única vía posible para reconducir la situación pasa por la independencia de Catalunya del Estado español. Las esperanzas que se depositan en un futuro Estado propio incluyen tanto las mejoras económicas como los necesarios cambios en el control de la gestión. Y ello sin soslayar los serios problemas que plantea la sanidad en general y la asistencia sanitaria en concreto en todo el mundo ligados a realidades como el envejecimiento de la población, las enfermedades emergentes, la inmigración, el creciente coste del sistema, la mayor exigencia de la población y la continuada necesidad de renovación de procedimientos, técnicas e incluso de los profesionales.
En un repaso rápido se pueden considerar:
1. Problemas de la sanidad asistencial pública
– Los problemas generales asistenciales de irregularidad de recursos, las trabas burocráticas absurdas y el desorden. La distribución de la población en el Principado viene siendo un determinante con una acumulación en la zona metropolitana de Barcelona, mientras que en el resto del territorio la población es mucho más dispersa. Tal situación ofrece dificultades en ambos ámbitos: en la zona metropolitana evidentemente hay más recursos hospitalarios de nivel terciario, pero a la vez el acceso a la asistencia primaria es más dificultoso. La distancia hasta los centros terciarios priva de recursos a veces vitales a una parte de la población1.
– El fraccionamiento asistencial en función de intereses corporativos (médicos, enfermeros, farmacéuticos, otros, etc.) o de gestión, y la falta de continuidad en el proceso asistencial (primaria, especialidades, terciario, etc.). Los discursos sobre la prioridad de la asis-
La apreciación es que se trata de un buen sistema sanitario con excelentes resultados clínico-asistenciales
tencia primaria y su creciente capacidad resolutiva se vienen abajo cuando se comprueba la precariedad laboral, la limitación de re- cursos y la dejadez de la gestión.
– El distanciamiento entre los intereses de los enfermos (o del público) y los de los profesionales, muchas veces de carácter cultural: dos lenguajes diferentes, horarios diferentes, prioridades diferentes. (La insatisfacción del público solo tiene un paralelo: la insatisfacción de los profesionales.)
– La desatención sistémica a la salud mental. Cuantas veces se menciona que es la pariente pobre de la sanidad, otras tantas se hace omisión de atención y se mantiene en manos privadas y con exclusividad en amplias zonas del Principado (Instituto Pere Mata, por ejemplo).
–La creencia arraigada entre los dirigentes (básicamente de derechas, pero también otros) de que la sanidad pública es «insostenible» con recursos públicos y que la gestión privada es más eficiente. Un discurso que se repite sin que NADIE haya jamás aportado pruebas creíbles; ni contables, ni clínicas ni de gestión. Solo contabilidades parciales sin garantías.
2. Problemas de la sanidad preventiva (salud pública)
– Control ambiental insuficiente. A pesar de los esfuerzos, aspectos como la contaminación del suelo por metales pesados, del aire en el área metropolitana de Barcelona y el mar en toda la costa, están muy lejos de lo deseable. Y sobre ello gravita una actitud indulgente con las industrias y actividades más contaminantes.
– Excesiva medicalización de la prevención y la promoción de la salud, que debería ser más social.
– Persistencia de tabúes sobre los hábitos y estilos de vida, y de mensajes contradictorios sobre lo que es sano y lo que puede ser po- tencialmente peligroso para la salud.
– La infuencia de los sectores industriales (farmaindustria, industria alimentaria, sector del automóvil, etc.) sobre las políticas sanitarias.
3. Problemas de salud que son problemas sociales (y viceversa)
– El envejecimiento de la población.
– La patología de la supervivencia.
– Los supervivientes con minusvalías y la carga que representan.
– Las enfermedades crónicas sin o con difícil tratamiento.
– La marginación, la pobreza y la exclusión.
– La inmigración y sus componentes sanitarios, la mayor parte ligada a lo anterior.
– La demanda sanitaria espontánea o fuera de horas: las URGENCIAS y su gestión (8), con sus anuales recurrencias coincidentes con las epidemias invernales de gripe y otras patologías respiratorias.
A todo esto hay que añadir las naturales dificultades de la asistencia sanitaria del día-a-día, con patologías de mayor complejidad, enfermedades emergentes, mantenimiento y modernización de los centros sanitarios, además de las necesidades de una salud preventiva más ancha y más profunda.
Algunas entidades se han movilizado para ofrecer una respuesta a todos estos problemas con un cambio en las políticas actuales. Como en otros puntos de la geografía del Estado, las «Mareas Blancas» llegan incluso a proponer puntos concretos en forma de decálogo con soluciones (9).
Las organizaciones independentistas incluyen en su ideario y propuestas de futuro los elementos que esperan conseguir en un futuro NUEVO PAÍS, para una Catalunya independiente:
– Una asistencia sanitaria pública, de cobertura universal, sin discriminación de clase, género o raza, gratuita, pagada con los impuestos, digna, suficiente y de calidad.
– Un sistema sanitario público con la gestión controlada directamente por entes representativos de participación de profesionales, trabajadores y pacientes, a todos los niveles de la administración y de los centros.
– Un sistema sanitario público transparente en la gestión de su funcionamiento y la de los recursos económicos disponibles.
– Un sistema sanitario público sostenible porque lo queremos sostener, a los niveles que el progreso de la ciencia y la técnica nos aporte.
– Una asistencia privada para los que lo quieran, pero con el control necesario para que prime la atención sobre el lucro y que responda públicamente de los resultados asistenciales.
– Un sistema asistencial suficiente que ordene la asistencia según criterios clínicos, de género y sociales, no económicos, donde las listas de espera solo sean instrumentales para el funcionamiento de los servicios.
– Unos profesionales y trabajadores sanitarios que accedan a sus puestos de trabajo por convocatorias públi- cas y que reciban remuneraciones y salarios dignos, puntuales y proporcionales al trabajo desarrollado.
– Un más efectivo apoyo social (sociosanitario) a los enfermos crónicos y los discapacitados y dependientes, suficiente, amplio y de distribución territorial cercana a la gente. Recursos adecuados para que quien lo precise tenga acceso a prótesis, ortesis y otros aparatos, y mecanismos necesarios para la movilidad o la actividad, y una lucha efectiva contra las barreras arquitectónicas.
– Una dedicación efectiva a los programas de salud preventiva, salud y educación sexuales, prevención de la violencia de género, el deporte y las actividades de ocio. ■
Referencias bibliográficas
1. Llibre d’actes, X Congrés de Metges i Biòlegs de LL. Cat. 1976.
2. Pladesalut1979.ConselleriadeSanitat,Generalitat de Catalunya.
3. Modelsanitaricatala http://salutweb.gencat.cat/ca/el_departa- ment/model_sanitari_catala (consultado el 3 de marzo de 2015).
4. Legislación sobre ordenació sanitària a Catalunya. Quadern de legislació 23. Sept. 1999 (ISBN 84-39-4857-6) http://catsalut.gencat.cat/web/.content/mini- site/catsalut/ciutadania/serveis_atencio_salut/com_es_gestionen/normativa_relaciona- da/losc.pdf (consultado el 3 de marzo de 2015).
5. Elsistemasanitarienfrontlacrisi.QuadernCaps Temàtic n. 35 Desembre 2013, Barcelona. http://www.caps.cat/images/stories/Quadern_caps35__SISTEMA_P%C3%9ABLIC_DE_SALUT.pdf (consultado 3 marzo 2015).
6. Comelles JM I cols. Assaig sobre l’estructura i les transformacions de les institucions d’assistència. Inst. Estudis Vallencs, 1991. ISBN 84-86083-23-0
7. http://salutweb.gencat.cat/ca/el_departament/model_sanitari_catala/historia_del_model/ (consultado el 3 de marzo de 2015).
8. Urgencias. De 0 a 24 horas, X. Allué, Ed. Mira, Zaragoza (ISBN: 84-89859-55-8).
9. Propostesperaunamareablanca: http://dempeusperlasalut.wordpress.com/2015/03/04/propostes-per-una-marea-blanca-o-de-salut-de-catalunya/ (consultado el 4 de marzo de 2015).
Referencia del artículo: «Historia, proyectos y proyecciones de la sanidad y la salud en Catalunya» X. Allué. Salud 2000, 2015, 146: 21-24
La ley contra la violencia contra menores
Save the Children nos envía esto hace un rato:
«Hoy es un día muy importante: queremos celebrar el anuncio de la Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Carmen Montón. Ha comunicado esta tarde en el Consejo de Ministros que el anteproyecto de Ley de protección integral frente a la violencia contra la infancia se enviará al Congreso de los Diputados en el segundo semestre del año que viene. El anuncio de la tramitación de esta Ley es una gran noticia para los miles niños y niñas víctimas de abuso sexual, malos tratos y acoso sexual en España. La violencia que sufren estos niños y niñas tiene consecuencias muy graves en su estado psicológico y en algunos casos algunos de estos niños llegan a perder la vida. Este año en España, según las estadísticas del Ministerio del Interior, ya se han puesto 38.443 denuncias por delitos de violencia contra la infancia. La situación es crítica: la mitad de las denuncias por abuso sexual tenían un menor como víctima. Es más, la mayoría de estos casos de violencia no salen a la luz nunca. El miedo, las amenazas o la vergüenza que sufren estos niños y niñas víctimas de violencia hace muy difícil identificarlo y ponerle fin. Por eso es tan importante que se aprueba esta ley lo antes posible: estos niños y niñas no pueden y no deben esperar más. Gracias a tu voz y a tu firma, hemos conseguido que el gobierno inicie los trámites para la aprobación de la Ley Orgánica para Erradicar la Violencia Contra la Infancia pero aún queda mucho por hacer. En Save the Children no vamos a parar hasta que se apruebe esta ley, pero no lo podemos hacer solos.» |
Buena noticia. Lo único malo es que haya que esperar un año a que se vote en el Congreso…
X. Allué (Editor)
El canvi horari. L’hora de Franco
Ara fa un parell d’anys vam publicar un articlet a un diari local amb el títol d'»Horaris» per parlar del canvi d’hora d’hivern i estiu. Just ara la Comissió Europea ha decidit recomanar l’abandonament del canvi horari bianual, sembla que per la seva inutilitat i el minso estalvi energètic que originàriament el va motivar.
A Catalunya s’ha generat una iniciativa promoguda des de diferents instàncies, la Iniciativa per la reforma horària http://www.reformahoraria.cat/i que compta amb el suport del Parlament i el govern de la Generalitat. Alguns mitjans ja apunten detalls sobre les propostes més o menys imaginatives, però posant èmfasis en l’homologació amb els països del nostre entorn i la necessària coordinació entre àmbits socials diversos com el comerç, les empreses, el món laboral, l’ensenyament i, també, els mitjans de comunicacions de masses com la televisió.
Tenint en compte que el meridià de Greenwich no arriba a passar per Catalunya, amb prou feines queda a l’esquerra, segons es mira el mapa, no sembla molt coherent que l’hora que fem servir ens quedi a 120 minuts del que el gir de la terra posa al sol cada matí. Això d’una banda. Però per un altre, sotmetre les dietes a dejunis perllongats o, al contrari, sobrecarregar-se de calories per a una digestió pesada i tornar a la feina, no sembla saludable. Mentrestant, els milions de visitants europeus que cada any arriben a les nostres costes, encara que sigui per oci, no arriben a trobar mai la paella a punt al migdia, ni el descans per la «jarana» nocturna diària. I mil coses més.
Els vigilants de la Memòria Històrica no han parat compta del que encara pesa «l’hora de Franco». Per arrenglar-se amb l’Alemanya de Hitler, el general sublevat va canviar l’hora, avançant-la 60 minuts. A finals de l’estiu de 1936, l’emissora de «Radio Nacional» emetia des de Burgos el «parte de guerra» a les 14.00 hores. El general, que tenia més mentalitat de coronel de regiment que altra cosa, tenia per costum fer la prova de ranxo abans de servir-se el dinar, que havia de començar a les 14.00 h. Encabat se n’anava a dinar ell. La secretaria del seu gabinet va advertir a l’emissora que Franco volia sentir el «parte» i en consonància, el van retardar fins a dos quarts de tres. El parte anava precedit d’una sintonia característica, un toc militar d’ordenança o «generala» adaptat per un capellà músic, el P. José Maria Otaño, per a una fanfàrria de pifres. La coincidència amb la hipoglucèmia preprandial, la gana abans de dinar, és possible que hagi generat reflexes pavlovians al voltant de l’hora de seure a taula.
És curiós que encara Radio Nacional i la Cadena SER, vuitanta anys després, continuen donant el seu noticiari del migdia a dos quarts de tres. I, el que és més fotut, també ho fa TV3.
A l’estat espanyol i, ara per ara, a Catalunya el que cal és una reforma integral dels horaris. Això ha d’incloure la fixació de l’hora al fus horari que geogràficament correspon: GMT, o UTC 00, el que se’n deia «meridià de Greenwich que tothom que hagi passat per l’autopista A-2, ha vist que passa per Bujaraloz, a l’Aragó. Als Països Catalans ja ens estaria bé. A l’estat genera controvèrsia: en part per les diferències que produeixen les distàncies geogràfiques entre Maó i Fisterra, que són de més d’una hora. I també per fosques raons polítiques atàviques del centralisme madrileny. (Una estúpida a la cadena de televisió La Sexta s’exclamava dient que, amb el canvi, a Mallorca sortiria el sol mitja hora abans que a Madrid, cosa que seguirà passant sigui l’horari que sigui mentre la Terra continuï girant sobre si mateixa). Als cercles funcionarials a Madrid encara es recorda que a un ministre matiner li deien «el abominable hombre de las nueve«(!)
La conciliació de la vida laboral y la (personal) familiar ens hauria de portar a ajustar els nostres horaris al sol. És clar que això faria matinar una mica més als dormilegues, sobretot als acostumats a allò que en espanyol té una accepció: «trasnochar«. Els horaris del que es coneix a l’argot televisiu com «prime time» s’ha de modificar. S’ha de sopar més d’hora i mirar de dormir almenys 8 hores rodones.
Són canvis culturals y la resistència als canvis forma part del conservadorisme. També hi ha interessos econòmics múltiples d’una resistència important que s’haurà de vèncer. Però si no es fan els canvis, no arribarem a entrar en el segle XXI amb suficiència. I els nens ho patiran.
X. Allué (Editor)
Futbol genuí – Sport, solidaritat, compartir esforços
Un breu contacte m’ha apropat a una iniciativa esportiva, al meu parer, de enorme trascendència social. L’equip de futbol de la meva ciutat, un d’antic (fundat el 1886) popular i carismàtic, inclou en les seves seccions una de «futbol genuí», part de la Liga Genuine creada a partir d’una proposta del Nàstic el 2016. Es tracta de crear una lliga de futbol en la què jugarien persones amb discapacitats intel·lectuals, per demostrar el ferm compromís del futbol professional amb la societat en termes de diversitat i inclusió.
Laliga Genuine és una iniciativa integradora de responsabilitat social i pionera al món, organitzada per Laliga a través de la seva Fundació, consistent en una Lliga de futbol integrada per equips del col·lectiu DI (persones amb discapacitat intel·lectual). La Liga genuine te per objectius la normalització de la pràctica del futbol en el col·lectiu DI i el compromís del futbol professional amb aquest projecte integrador i socialment responsable.
Amb l’idea d’aconseguir que tots els clubs de Laliga comptin amb el seu equip Genuine, hi participen jugadors/res de més de16 anys, que certifiquin una discapacitat intel·lectual a partir del 33%. De més petits també participen en qualitat de juvenils
La competició es juga en la modalitat de Futbol 8, en partits de 4 parts de 12 minuts cadascuna. Els 18 clubs de futbol actuals juguen en 6 grups de 3 equips.
Que l’esport col·lectiu és una excel·lent activitat per a la integració del jovent està fora de tota dubte. Que, a més, dediqui part dels esforços a col·lectius més febles és d’un més gran valor.
Els que tenim responsabilitat de la cura dels nens discapacitats hem de conèixer i fomentar aquest tipus d’iniciatives i, alhora, promoure la participació dels que s’en poden beneficiar, nens i famílies, segons mostra l’experiència d’aquesta iniciativa.
X. Allué (Editor)