Archive for agosto 2019
Miedo
El miedo es libre. Y se aprende pronto en la vida. Es parte del instinto de supervivencia. Ayuda a que evitemos los peligros, aunque no siempre los riesgos.
Los miedos son emociones desagradables que los niños pueden experimentar a cualquier edad como respuesta consciente a un peligro que puede ser real, imaginario o construido sobre conocimientos previos.
Los miedos pueden afectar a todos los niños y a cualquier edad. De hecho la practica totalidad de los niños han manifestado miedos más o menos justificados y con diversa intensidad en algún momento de su vida. Las niñas suelen manifestar miedos con mayor frecuencia que los niños, pero esta apreciación más que una base científica, parece que forma parte de una consideración cultural. Existe alguna relación familiar y en medios familiares donde existan situaciones de inseguridad o ansiedad, los miedos se dan con mayor intensidad y frecuencia.
Etiología.
El miedo ontogénicamente forma parte de los reflejos normales y se asocia al instinto de conservación. El miedo innato a situaciones naturalmente peligrosas como las alturas escarpadas, el mar embravecido, el fuego, los ruidos fuertes, las sombras o los animales grandes se puede ver reforzado por eventos ocasionales que hayan enfrentado al niño en algún momento de su vida a una situación peligrosa. Ello va a acentuarse aún más si en el acontecimiento ha mediado alguna actitud angustiada, gritos o violencia por parte de otra persona, un adulto o los propios padres.
Lo que comúnmente se conoce como asustarse puede tener un origen natural, inducido y, a medida que el niño crece, cultural. Cada cultura identifica sus objetos terroríficos, monstruos o demonios y los trasmite a sus hijos. Estos pueden además ser cambiantes y recibir diferentes denominaciones con el tiempo. Por citar un ejemplo, el “sacamantecas” o el “hombre del saco” de antaño prácticamente han desaparecido como objeto de miedo en la cultura urbana española y, probablemente, han ocupado su lugar otros “malos” como Fredie Kruger, Drácula o las momias.
El miedo a la obscuridad, común en los niños más pequeños, expresa más la angustia de separación, la ausencia de la madre, que con la obscuridad en si misma.
Debe siempre tenerse en cuenta, sin embargo, que los miedos pueden ser reflejo de una situación peligrosa real, como violencia familiar o malos tratos. Por otro lado, el objeto de los miedos puede representar una distorsión de percepciones, cuando el miedo realmente se tiene a otra cosa, real, como la misma violencia o los abusos sexuales.
La tabla 1 recoge un listado de situaciones o cosas que dan miedo a los niños
Tabla 1
Obscuridad-separación-ausencia |
Ruidos fuertes |
Pérdida de equilibrio, escaleras, caídas |
Animales grandes |
Fuego |
Animales pequeños y/o repugnantes |
Agua, baño, piscinas, mar, etc. |
Imágenes de cine o TV |
Monstruos |
Tormentas |
Pinchos, cristales, objetos cortantes |
Orinal, water |
Inyecciones, punciones venosas |
“batas blancas” |
Perderse en una multitud, en el bosque |
Velocidad, giros rápidos |
Separación parental, divorcio |
Ruina económica |
Guerra, terrorismo |
Ladrones |
Abandono, adopción |
Exclusión social |
Relaciones sexuales |
Soledad |
Manifestaciones.
Los miedos suelen ser expresados y señalados por los niños. Ocasionalmente pueden formar parte de una neurosis de angustia no especifica. La presentación en forma de crisis, incluso de crisis de pánico, puede ser la primera manifestación. El miedo a las alturas, a los espacios cerrados, a los insectos, adquieren carácter de fobia cuando impiden el normal funcionamiento y desarrollo del niño.
Tratamiento.
Será diferente según la edad y el motivo de los miedos. En general debe mostrarse comprensión y no menospreciar ni, tampoco, exagerar la causa del miedo.
Se debe informar a los padres del carácter natural de los miedos y de aceptarlos en su justa medida.
Las estrategias deben dirigirse a facilitar que el niño sea capaz de afrontar la situación que le ocasiona los miedos de una forma realista, con el apoyo y soporte que se pueda proporcionar. Se debe ayudar a los niños a gestionar sus propios miedos; ayudarles a distinguir los miedos a cosas indeseables de los miedos del juego, como pueden ser los fantasmas de «Halloween» o los dragones y otros «monstruos» totémicos de las fiestas comunes en la zona de Levante, junto con los cohetes y fuegos artificiales.
Debe instruirse a la familia a no utilizar nunca los miedos del niño como coacción cuando se pretenda conseguir algo del niño o establecer límites. Hay que desactivar el “si no te portas bien… el médico te pondrá una inyección, o «vendrá el coco y se te llevará… etc.”. Asimismo deben desaconsejarse las burlas y menosprecios referidas a los objetos del miedo.
En los miedos a la separación es de utilidad el empleo de objetos transacionales, muñecos de peluche, almohadas o mantitas y comprender que es la separación y no la obscuridad la causa del problema, lo que debe permitir dejar una luz o un receptor de radio encendido en el dormitorio.
X. Allué (Editor)
NOTA: una parte de este texto está publicada en el libro «Pediatría psicosocial»(ISBN 84-8473-005-0) del que soy autor)
Mals de cap i maldecaps
En català podem fer la distinció entre les sindromes doloroses que afecten el cap i el neguit i molèstia que generen les preocupacions. Mals de cap són ocasionals. Maldecaps en tè tothom.
La revista Lancet dedica un dels seus recents editorials als mals de cap de nens i adolescents:
Better evidence needed for preventing paediatric migraine
Migraines are the most common disabling type of headache among children and adolescents. Globally, of all non-communicable diseases in children aged 5–14 years, migraine ranks third for disease burden after conduct disorder and anxiety disorder. On Aug 14, the American Academy of Neurology (AAN) and the American Headache Society released new guidelines on the pharmacological prevention and acute treatment of migraine in children and adolescents. These are the first updates to AAN guidance in this area in 15 years, and outline that although there are now more evidence-based treatments for acute migraine attacks, finding the right approach for preventing migraines remains a challenge.
For relieving pain during a migraine attack, ibuprofen and paracetamol in children and adolescents, and triptans in adolescents only, are now deemed effective. By contrast, the evidence base for reducing the frequency and severity of attacks is far less robust, with the benefits of preventive medications not exceeding those of placebo in most trials to date. Topiramate is the only US Food and Drug Administration (FDA)-approved medication for migraine prevention in those aged 12–17 years, but the guideline committee noted that clinically meaningful outcomes are still in doubt. Amitriptyline in combination with cognitive behavioural therapy (CBT) appears to reduce migraine attack frequency and associated disability, but amitriptyline has an FDA black box warning regarding suicidal thoughts and behaviours.
The guidelines thus focus on behavioural and lifestyle interventions for factors that are commonly associated with migraine, including negative emotional states, overweight, low physical activity, poor sleep, and exposure to tobacco, alcohol, and caffeine. But the evidence here is also poor, making this an area for much needed research—not just into whether targeting associated factors might be effective but also into the use of CBT alone, new therapeutics, and improved trial designs. Without better-quality evidence, the prevention of migraine will remain an intractable challenge for too many children and adolescents.
https://doi.org/10.1016/S0140-6736(19)31965-8
És evident que necesitem investigacions específiques per a un problema prevalent que genera maldecaps als professionals…
X. Allué (Editor)
NOTA: Para hispanohablantes, ¿os he dicho que con el Google Translate y «corta-y-pega» se obtienen los textos con bastante precisión en cualquier idioma?
La imagen de una mujer sosteniéndose la frente que anunciaba el específico Veramón de Shering hace años que venía a ser el icono del dolor de cabeza. El Veramón era una mezcla de una pirazolona, el Piramidón, y un barbitúrico. Que luego en Madrid llamasen «Piramidón» a un nuevo gran hospital público tenía que ver a una exageración de «pirámide» por lo grande del centro. Cosas del casticismo…
Back form (looong) holidays
We resume our publications, after a somewhat long holiday.
See you here.
XAllué