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Polio

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Tratar de escribir sobre la polio, la Poliomielitis espinal epidémica, también llamada Parálisis Infantil, nos puede hundir en la proverbial «noche de los tiempos». Un hallazgo casual, entre los miles de papeles que se conservan en mi domicilio corresponde a un «Estudio histórico de la Poliomielitis anterior aguda» que fue mi trabajo de final de curso de la asignatura de Historia de la Medicina, hace más de medio siglo. Lo siento, uno es así de antiguo y no voy a ocultarlo a estas alturas. El trabajillo, del que sólo existe un borrador, manuscrito en media docena de hojas tamaño folio, al parecer arrancadas de un bloc de papel cuadriculado, con una caligrafía sorprendentemente legible, está lleno de enmiendas y tachaduras, pero parece bastante completo.

En aquella primavera de 1966 y al final de la introducción se dice «Es pues una evolución histórica que se está terminando y afortunadamente con un «happy end» fruto de los esfuerzos de la medicina moderna». Efectivamente, por aquel entonces las campañas de vacunación contra la poliomielitis comenzaban a mostrar su efectividad y la esperanza de la erradicación parecía encontrarse al alcance de la mano. Y ello de una enfermedad que, en el texto se recordaba, se tenía conocimiento desde la antigüedad más remota. «El documento gráfico más antiguo sobre la poliomielitis que se conoce es una estela de Nínive, de la época de la decimoctava dinastía, aproximadamente 1580-1500 años a.C., que en la actualidad se conserva en el Museo Nacional de Copenhague».

Una plaga de más de 3500 años de existencia debería haber desaparecido después de medio siglo de disponer de la vacuna. Lamentablemente ha tardado mucho tiempo.

La OMS informa este pasado mes de marzo que en 2018 (https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/poliomyelitis) se han reportado 33 casos de polio en todo el mundo. Los países en los que aún se registran casos son Pakistan, Afghanistan y Nigeria.

En este blog nos hemos referido en varias ocasiones a la polio  (https://pedsocial.wordpress.com/?s=Polio) y la maldad de algunos antivacunas radicales: https://pedsocial.wordpress.com/?s=asesinos+antivacunas 

El hallazgo de mi manuscrito me ha recordado cómo hemos llegado hasta aquí. Pero el informe de la OMS nos recuerda que dejar de vacunar podría dar lugar a brotes epidémicos con más de 10.000 casos sólo en un año.

No nos lo podemos permitir.

 

X. Allué (Editor)

(La foto que ilustra este post es de la pàgina web de la OMS)

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9 mayo 2019 at 7:00

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Frutas escarchadas

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frutas escarchadasLa tarde del día de Reyes siempre me ha parecido el verdadero Fin de Año. Los jolgorios de las fiestas navideñas en nuestro entorno que deben recordar el comienzo del nuevo año, del solsticio, en realidad lo difuminan. Las reuniones familiares convidan a los recuerdos. El reencuentro sirve para el relato del pasado más o menos reciente y eso lo integra en el tiempo del año pasado. El final de fiestas, la epifanía de que algo nuevo llega, realmente se manifiesta ahora.

Del roscón de Reyes siempre quedan, abandonadas a su suerte, unas cuantas piezas de frutas escarchadas. Los gustos han cambiado y, con la excepción del abuelo, a la mayoría las frutas escarchadas les resultan demasiado dulces. Los orígenes aragoneses del abuelo le mantienen la afición a esas frutas cocidas y azucaradas hasta la saturación. Contemplándolas me evocan, si es que el futuro se pudiera evocar, el abandono de lo que queda por venir. Varias piezas del futuro año van a tener que surgir de los dulces relegados al olvido.

Los mejores planes para el nuevo año van a tener un comienzo inseguro, como es el intento de remediar lo que en el pasado no se pudo.

El frío nos recordara que todavía amplios sectores de nuestra población, de la población infantil, no cuenta con una climatización adecuada en viviendas precarias a las que les condena la pobreza. Los niños en situación de marginación y vulnerabilidad son aún demasiados. Los azúcares exagerados son uno de los componentes de dietas inadecuadas cuya consecuencia viene a ser la epidemia de obesidad infantil a la que no parece que podamos ponerles freno.

Al mismo tiempo, si ampliamos la mirada podemos ver que el hambre, la malnutrición continúan siendo la causa de mortalidad precoz más extensa en el mundo. Si lo sumamos a todo lo que contribuye a empeorar las condiciones climáticas y, con ello, dificultar la producción de alimentos, contemplamos lo que se ha definido como la  Global Syndemic of Obesity, Undernutrition and Climate Change, La sindemia de obesidad malnutrición y cambio climático.

Lo que tiene de capricho algunas de las celebraciones nos evoca lo que también tiene de capricho la decisión de no vacunar a los niños. La falta de racionalidad, la inconsistencia de las argumentaciones, el griterío que acompañan las manifestaciones de los antivacunas tiene más de veleidad o extravagancia, propia de personalidades acomodadas que se resisten a aceptar lo que entienden como imposición. Mientras que no dudan en instalar protecciones antivirus en sus ordenadores personales, prefieren dejar a sus hijos expuestos a enfermedades reemergentes que creíamos olvidadas.

La violencia contra las mujeres, la que ocurre en el seno de las familias o en las escuelas (bullying), tienen a los niños como sus principales víctimas secundarias o directas.

Los profesionales que nos dedicamos a la atención a la infancia iniciamos el año con un estímulo a la vigilancia de los indicios o signos iniciales de todas esas lacras. No sólo hemos de extremar la sensibilidad sino que estamos obligados a rendir cuentas de lo que hacemos.

Todo ello debe estar presente y no quedar abandonados a su suerte como las frutas escarchadas porque, de repetidas cada año, han perdido el interés.

X. Allué (Editor)

 

 

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7 enero 2019 at 8:16

Measles, Sarampión, Xarampió, Paiola

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Las infecciones por el virus del sarampión deberían estar erradicadas de esta parte del mundo. Son algo malo, peligroso, ocasionalmente mortal o discapacitante, facilitan la aparición de otras infecciones como la tuberculosis y, sobre todo, son evitables mediante una vacuna eficaz.

Tener que decir esto en la primavera de 2018 resulta como un anacronismo. Por edad, he tenido la desgracia de ver morir a demasiados niños por sarampión en el Hospital Clínico de Barcelona en los años 60 del siglo pasado, y alguno más en otros lugares. La experiencia incluye las tremendas secuelas de sordera, bronquiectasias o lesiones cerebrales irreversibles de las formas encefalíticas graves. Desearía no pasar por ello nunca más.

El sarampión, measles en inglés(1), xarampió en català o paiola en la variedad del eivissenc, fue considerada una de las «enfermedades propias de la infancia» calificativo de los tratados de medicina hasta hace medio siglo, que las daban por comunes e inevitables. Que matase niños no tenía mayor consideración cuando los niños eran muchos y valían poco. Porque el sarampión mató siempre muchos más niños que la polio, llamada también parálisis infantil, hasta que la contrajo el presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt y se incrementó la preocupación.

Ahora la gente no sabe ni recuerda lo que representó el sarampión en la población infantil en el mundo occidental y se le ha perdido el miedo. Pero es un problema grave. En la Unión Europea han muerto por sarampión una cincuentena de niños en los últimos dos años. Más que en atentados terroristas.

En una elegante infografía, The Guardian ofrece una visión de como se propaga el virus según la población esté o no vacunada. Echadle un vistazo.

El sarampión actualmente es un problema social por cuanto su reaparición se relaciona con la resistencia de algunos grupos sociales a la vacunación. La gran mayoria de los casos registrados en menors de 18 años según el European Centre for Disease Prevention and Control, no estaban vacunados o estaban insuficientemente vacunados, ya que, para conseguir una inmunidad eficaz, son necesarias la menos dos dosis de la vacuna.

No se puede bajar la guardia y todos los responsables de la salud y el bienestar de los niños deben tomar una posición activa para contribuir a erradicar este problema.

X. Allué (Editor)

 

1. False friends: Measles in English is also named «rubeola«, easily mistaken with «rubeola», the word in Spanish for «German measles»= rubella

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9 abril 2018 at 17:02

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Más vale prevenir…

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calvacaep-2017_principalComo vienen haciendo ultimamente , el 1 de enero de cada año la Asociación Española de Pediatria publica el calendario vacunal propuesto. Hay algunas novedades y varias sugerencias. Aquí la edición para el público en general http://vacunasaep.org/familias/calendario-de-vacunaciones-de-la-aep-2017-familias.

Aprovechad estos días tontos hasta Reyes para ver como lo tenéis. Ya hay vacunas para un buen puñado de enfermedades trasmisibles. Para lo que no tenemos vacuna todavía es para la estulticia y la insolidaridad de los «antivacunas». Con todo, les deseamos un buen año y que no tengan que arrepentirse de no haber vacunado a sus hijos…

X. Allué (Editor)

(Clicar en la imagen para ampliar)

 

 

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2 enero 2017 at 7:21

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Sarampión, en vias de extinción

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measlesEl Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría se hace eco de que la oficina para las Américas de la OMS ha declarado que el sarampión autóctono ha sido eliminado de todo el continente.

En la misma nota se recuerda que los casos que se registraron en California el año pasado se originaron a partir de un caso importado, y que la transmisión se produjo en el parque temático Disney, a niños no vacunados. Cabe recordar que es en California donde menos se vacuna de los Estados Unidos, donde más ha calado la moda de los antivacunas.

El imbécil (Robert de Niro dixit) de Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, pretende poner una valla en la frontera del rio Grande para controlar la inmigración. Pero no va a poder impedir que un niño saudí incubando el sarampión, su millonario padre lo lleve a Disneyland y contagie a todos los que le toquen en la misma cola. Algo parecido podríamos decir de Port Aventura, aquí al lado.

El sarampión sólo tiene un reservorio humano (alguna duda si macacos rhesus pudiesen ser reservorio). Cuando nos vacunemos todos, se acabará. Como sucedió con la viruela, aunque eso tomó casi 200 años. Pero tenemos que ser todos. Las familias californianas, imprudentes e insolidarias, se adelantaron en dejar de vacunar a sus hijos y pagaron las consecuencias de la globalización.

Sólo recordar que el sarampión es una mala enfermedad, que puede matar un niño, o dejarlo sordo o encefalópata de por vida. Seguro que la mayoría de los médicos que atienden niños hoy no han visto nunca un caso de sarampión. Pero yo que soy viejo sí. Y se me ha muerto más de uno, sin poder hacer nada eficaz, a pesar de inmunoglobulinas o respiradores.

Hasta que no se confirme la extinción del sarampión en todo el mundo, la vacunación continua siendo necesaria.

X. Allué (Editor)

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13 octubre 2016 at 6:19

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Muere el niño de Olot afectado de difteria

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pinchoReproducimos el texto de la noticia en La Vanguardia

El niño de 6 años de Olot afectado de difteria, el primer caso detectado en Catalunya en 32 años, ha muerto esta madrugada en el Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona, según han informado fuentes del centro. El menor no ha podido recuperarse de los daños causados por la enfermedad que contrajo a finales de mayo.

Tenía afectadas las funciones respiratorias, cardíacas y renales por la toxina de la difteria, y necesitaba respiración asistida, estaba conectado a un riñón artificial y llevaba varios días con circulación extracorpórea.

El pequeño, que no había sido vacunado, comenzó a notar síntomas el 25 de mayo pero no fue sometido a pruebas específicas hasta cuatro días después. Una vez confirmada la presencia de la bacteria en su organismo, fue trasladado, en estado crítico, desde Olot a la Vall d’Hebron.

La falta de medicamentos obligó al hospital a buscar por toda Europa la antitoxina diftérica, que finalmente llegó procedente de Francia. La difteria, una enfermedad infecciosa causada por una toxina que produce la bacteria Corynebacterium diphtheriae y que se contagia básicamente por vía respiratoria, no circula en el territorio español desde hace decenios y la vacunación es superior al 90%.

Con la aparición de este caso, sin embargo, la Generalitat monitorizó a «entre 100 y 150 personas» que estuvieron en contacto con el niño. En las escuelas de Olot, por ejemplo, había 47 niños sin vacunar.

Suponemos que habrá una lluvia de comentarios en todos los medios.

Desde aquí, además de lamentar el desenlace, sólo nos atrevemos a recordar que las enfermedades que son prevenibles mediante vacunas pueden ser mortales en su ausencia. Lo fueron durante milenios, plagas que mataron millones de niños y adultos. No debería haber marcha atrás en la prevención de enfermedades transmisibles.

X. Allué (Editor)

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27 junio 2015 at 11:26

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No vacunas, no recibes asistencia infantil

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vaccineEl gobierno de Australia ha decidido que a partir de enero de 2016 las familias que no vacunen a sus hijos no recibirán asistencia social del estado en los diferentes programas que el país dispone.

Texto en inglés

The Australian government has announced that parents who have not vaccinated their children will not receive welfare or childcare benefits from January 2016.

On Sunday, Prime Minister Tony Abbott and Social Service Minister Scott Morrison announced the “no jab, no pay” policy. The strong stance against those known as «anti-vaxxers» will see Aussie parents potentially lose thousands of dollars in government assistance.

«Parents who vaccinate their children should have confidence that they can take their children to child care without the fear that their children will be at risk of contracting a serious or potentially life-threatening illness because of the conscientious objections of others,» Morrison’s office said in a press release.

Es una decisión drástica y que puede despertar discrepancias múltiples. La más elemental es que sólo los «ricos» que no dependan de ayudas sociales podrán permitirse el discutible lujo de objetar las vacunaciones. Pero pone de manifiesto lo en serio que se toma una democracia acreditada como la australiana el tema de las vacunas. La frase final de la nota del primer ministro australiano dice: «La elección que hacen las familias de no vacunar a sus hijos no tiene el apoyo de la políticas públicas ni la investigación médica, por lo que no debe tener el apoyo de los contribuyentes en forma de pagos por asistencia infantil.»

En este país hemos sido más tolerantes, quizá excesivamente. Los que ya hemos vivido otras épocas recordamos que las vacunaciones en la época de la dictadura eran obligatoriaspor ejemplo para acceder a la enseñanza, ingresar en una escuela o instituto. Como tantas otras cosas durante la autocracia resultó ser más un requerimiento burocrático que asistencial: lo que hacía falta era el papel, el certificado. Luego el acceso a las vacunas era menos fácil, aunque existiesen programas de vacunación escolar. Pero amplios sectores de la población infantil no se vacunaban, no por objeción sino por desidia, desinformación e incultura. Y la falta de provisión por parte del estado.

Deseamos que aquí y ahora encontremos el suficiente sentido común para no privar a ningún niño de su derecho a protegerse de las enfermedades prevenibles mediante vacunas.

X. Allué (Editor)

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15 abril 2015 at 9:12

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A vueltas con las vacunas y los antivacunas

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VacunasDe los compromisos sociales con más componente biomédico que se generan alrededor de los niños, las vacunaciones, asentadas en el principio de que más vale prevenir que curar, continúan generando controversias.

Con más de 200 años de historia parecería que debiera ser un tema superado, pero no lo es. En este blog ya nos hemos referido con anterioridad e incluso denunciado los extremos hasta los que se puede llegar por parte de quienes discuten la eficacia o incluso la conveniencia de las vacunas, desde puntos de vista personales hasta religiosos. Se llega hasta el fanatismo sin ambages.

Pero no nos referimos a circunstancias más o menos exóticas y en entornos sometidos a violencias diversas como Pakistán.

Estas pasadas semanas se ha producido un brote de sarampión en Barcelona con una treintena de casos, adultos jóvenes que no había sido vacunados en su día por razones diversas y que habían coincidido en un festival de música internacional (Sonar 2013)

Aparece ahora en la prensa la controversia generada en un país de alto nivel social, sanitario y económico como Holanda, a cuenta de las reticencias a vacunar niños por motivos religiosos entre las comunidades integristas calvinistas. La consecuencia es medio centenar de niños que han padecido sarampión con una mortalidad a considerar. El titular de El País anuncia «Virus por voluntad divina».

La cuestión está en la defensa de los derechos de los niños. Entre ellos está el derecho a su integridad, a su salud y a su vida que, a nuestro entender, están por encima de las voluntades de unos y otros, incluyendo la de los padres. Y esos derechos deben ser defendidos en todo tiempo y lugar.

X. Allué (Editor)

ADENDUM: Lo hemos publicado en Twitter: Los antivacunas ¿instalan antivirus en sus ordenadores, o se conectan a pelo?

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24 julio 2013 at 11:35

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Antivacunas asesinos – los problemas sociopolíticos de los fundamentalismos.

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2013-05-28T105536Z_1_CBRE94R0UCS00_RTROPTP_2_PAKISTAN-POLIOEl verano pasado nos hacíamos eco de los esfuerzos de la fundación de Bill y Melinda Gates en la lucha contra la poliomielitis epidémica. No nos podíamos imaginar que un par de meses después unos fanáticos impresentables declaraban la guerra a las vacunaciones antipolio en Pakistan.

Lamentablemente estos hechos se continúan produciendo de manera que las autoridades sanitarias ha interrumpido la campaña de vacunación al producirse otro ataque a un equipo sanitario en Peshawar.

Desde hace tiempo, en otros foros y, también desde este blog, nos hemos ocupado de las diferencias culturales y la necesidad de su consideración en el ámbito de la salud y la asistencia sanitaria. Y, con ello, del respeto que merecen todas las culturas y todas las creencias, políticas y religiosas. Pero ese respeto se detiene ante los fanatismos. Y fanatismos son las actitudes y los actos de quienes basándose en sus creencias religiosas ejercen la violencia sobre los demás. En algún punto hay que poner el límite. Los derechos humanos son valores universales y desde ellos no se puede tolerar que por creencias, tradiciones o costumbres se atente contra la vida o la integridad física de los demás, especialmente de los niños.

Resulta más desesperante que precisamente se den estas incidencias de fanatismo entre miembros de sectas de las religiones mayoritarias del libro: judaísmo, cristianismo e islamismo, donde existe el referente escrito y consultable: la Torah, la Biblia y el Coran. Interpretaciones torcidas (se dicen torticeras, creo) llevan a los integristas a encontrar justificación a lo que no pasa de ser superstición (de super sticio, por encima) a mutilar prepucios, abladir clítoris, asesinar adolescentes, o atacar a profesionales de la salud ya sean en clinicas dedicadas a la prática de la interrupción del embarazo (IVE) o a la administración de vacunas antipolio.

De los desastres humanos somos algo responsables todos. Pero de los que se enraízan en las creencias tienen especial responsabilidad los administradores de las mismas: los clérigos, los hombres de religión.

Y también los políticos. Acaba de llegar a nuestras manos el libro «El drama de la polio, un problema social y familiar en la España franquista» coordinado por Mª Isabel Porras, Mariano Ayarzagüena, J. de las Heras y M.J Báguena (ISBN 978-86-8319-797-4)  que en 12 capitulos recoge la perspectiva histórica que su titulo anuncia.  Agustín Tarrés y yo hemos sometido para publicación una aportación histórica sobre una epidemia de polio con una tremenda tasa de mortalidad en 1969 que fue negada por el gobierno a instancias del entonces ministro de turismo, Manuel Fraga. No hay inocentes.

Los millones de Bill y Melinda Gates podrán poner todas las dosis de vacunas posibles, pero no conseguirán cambiar mentalidades obtusas, equivocadas y perversas. Al próximo majadero antivacunas que me tropiece le voy a invitar a pasarse un verano en Peshawar.

X. Allué (Editor)

(Foto: Mohammad Sajjad/Associated Press. Familiares de un trabajador sanitario asesinado lamentando su muerte, tomada del NYT)

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29 mayo 2013 at 5:26