Posts Tagged ‘Lactancia materna’
Childcare – Guarderías
El conocido semanario TIME ofrece ayer un extenso reportaje sobre los cuidados de los niños pequeños en centros de atención comunmente conocidos aquí como «guarderías», «llars d’infants» o con un antiguo genérico alemán de «kindergarten«, jardín de infancia. El énfasis es en si las familias se lo pueden permitir. Viene a aceptar que las guarderías son el recurso para las madres que trabajan fuera de casa. Y, especialmente en las madres solas sin otros recursos familiares.
Los ejemplos que citan es posible que escandalicen a quienes no estén familiarizados con la situación social en los Estados Unidos. Las menciones a los salarios no pueden compararse con casi ningún otro sitio. Me comenta un residente en el hospital: «Con esos salarios, aquí se podrían permitir un pediatra fulltime que les cuidase el niño…» tal es la distancia salarial.
Salvada esa distancia, la atención a los lactantes y niños pequeños fuera de su casa, en jardines de infancia se ha ido generalizando en los países occidentales como consecuencia de la incorporación de las mujeres al mundo laboral. El uso del recurso es muy distinto en unos y otros países y, junto a ello, las posturas a favor y en contra de lo que representa una escolarización precoz.
Los pediatras que opinan sobre el tema se adaptan a las distintas situaciones sociales de cada comunidad. Las argumentaciones van desde la incidencia de enfermedades contagiosas, especialmente virasis que se hacen más comunes en los niños en guarderías, hasta la evolución del desarrollo psicoemocional y la importancia del «bonding», el apego entre madre y niño, con la lactancia materna por en medio.
La poco uniforme cobertura de de la baja laboral maternal es también un factor en la elección de una fórmula u otra en la crianza de los lactantes y niños pequeños.
Desde este blog, mientras que preferimos que los cuidados del niño pequeños lo lleven a cabo las madres, debidamente protegidas por bajas maternales largas y con reserva de puestos de trabajo, no vemos tantos inconvenientes en el uso del jardín de infancia precoz. Lo ideal es que las madres puedan elegir y que no sean los motivos económicos, sea el costo como en las madres norteamericanas que se menciona más arriba, como el compromiso laboral y la carrera profesional que pueda verse desfavorablemente interrumpido en otras situaciones.
Y quedamos abiertos a comentarios.
X. Allué (Editor)
Los niños en el Congreso
Resulta casi imposible abstraerse de lo que ha sido el tema de la semana en España: la toma de posesión de los nuevos diputados en el Congreso con la presencia de un lactante en brazos de su madre, candidata a la presidencia por uno de los partidos políticos. Lo que no pasaba de ser un gesto reivindicativo de la condición femenina y de madre se ha convertido en tema de todas las tertulias políticas y todas las columnas de opinión de los periódicos. Como suponemos que todo el mundo ya ha tenido bastante del tema, no vamos a polemizar sobre el gesto, ni sobre la conciliación de la vida familiar con la laboral, ni sobre apegos o lactancias, ni sobre el uso de la imagen de un menor, ni la existencia o no de guarderías en los centros laborales, etc… porque suponemos que cada cual tiene su opinión, todas respetables aunque no fuesen acertadas y en toda caso por encima–o por debajo–de la relevancia de l’anécdota.
De vez en cuando en el Congreso, en las Cortes españolas se presentan personajes a quienes no parece corresponder el lugar. Algún salvaje con subfusiles i pistolas, por ejemplo. O algún jefe de estado impresentable en la tribuna de invitados.
Pero que haya entrado un niño en una sesión nos congratula en tanto que recaba atención para el numerosísimo colectivo de ciudadanos con menos edad de la considerada hábil para ejercer el derecho al voto, y cuyos intereses rara vez son defendidos en las tribunas. Los menores de 18 años en España son algo más de 7 millones quienes, a pesar de los compromisos internacionales adquiridos por el estado, no siempre ven sus derechos respetados, ni su necesidades contempladas, ni su futuro asegurado. Y ello a pesar de que ellos son el futuro.
Nos gustaría ver que la palabra niño ocupa con mayor asiduidad espacios en los discursos. Que se dedican mayores y mejores esfuerzos a la promocion de su salud, de su educación y de su bienestar. Y si para ello fuese conveniente que cada diputado que tenga hijos lo lleva a las sesiones, pues sea. Seguro que algo bueno sacaríamos. Aunque sólo fuese que los diputados se abstuviesen de decir según que cosas en presencia de menores…
X. Allué (Editor)
Seis de 600
Seis entradas que igual no has tenido oportunidad de leer, de las 6oo publicadas en este blog:
Lactancia materna. El texto de la OMS
La sostenibilidad de la asistencia sanitaria
La homosexualidad no es una enfermedad
Familias monoparentales/hogares monoparentales
X. Allué (Editor)
La leche
Este blog procura ofrecer información crítica y criterios (que en griego clásico viene a ser lo mismo: κριτικός o κριτήριον) para que ayuden a discernir, separar, y decidir o elegir, supremo ejercicio de la libertad, sobre temas sociales que atañan a los niños y su entorno.
A los niños pequeños se les denomina lactantes por su dependencia de la alimentación natural de los mamíferos, a su vez llamados así por la dotación de mamas de las hembras que permitan cumplir con esa dependencia de los seres humanos en sus primeros tiempos de vida. No hay dudas, ni discusiones ni controversias. Hasta que en algún estadio futuro de evolución cambie las cosas, los mamíferos y, concretamente los pertenecientes al género humano son dependientes de la leche, preferiblemente de la leche materna, humana.
Pasado el período de la lactancia, cuya extensión puede ser circunstancialmente variable, el uso de la leche y sus derivados ya no tiene un condicionante natural, biológico. Va a depender de situaciones geográficas, culturales, comerciales, industriales, consuetudinarias o, en definitiva, sociales.
El consumo de leche en la alimentación infantil pasado el período de la lactancia tiene una precisa raíz social, geográfica, eurocéntrica, con la natural extensión cultural a la Norteamérica poblada mayoritariamente por europeos de origen. Casi étnica. Por el contrario, varios miles de millones de habitantes del planeta que no tienen una historia de consumo de lácteos más allá de la lactancia, no poseen la capacidad biológica de digerir el azúcar de la leche, la lactosa, adecuadamente.
Pediatras y nutricionistas han dedicado grandes esfuerzos a promocionar el consumo de lácteos, con gran regocijo por parte de la industria láctica y, especialmente las grandes multinacionales de los alimentos infantiles.
Las ventajas nutricionales giran alrededor de lo que representan los lácteos como aporte proteico por un lado, y por otro el aporte vitamínico, especialmente la vitamina D. Ambas aportaciones han sido contestadas más recientemente. Las proteínas se han reconocido como promotoras de la obesidad infantil y la propiedad antirraquítica de la vitamina D de la leche depende de que esa vitamina se añada a la leche industrializada.
No todo es bueno alrededor de la leche. Ya hemos sido testigos de que la leche, pueda ser vehículo de agentes infecciosos, incluso a pesar de procesos industriales que ya descubrió Pasteur, o su reducción a polvo, de efectos mortíferos para niños pequeños. O de tuberculosis cuando hay dudas de una correcta pasteurización como sucede con derivados lácticos (queso, principalmente) de procedencia casera.
Mientras tanto se producen polémicas un tanto esperpénticas alrededor de la presión social sobre la lactancia natural. Recientemente ha surgido sobre la publicación de un libro sobre la lactancia materna de un pediatra castellonense y los grupos defensores de la lactancia natural, que resultan una muestra más de la escasa fortuna en las expresiones de uno y otros. Ni la intervención prudente de la AEP le ha puesto sentido al lío entre la libertad de imprenta y expresión, la libre elección de la duración de la lactancia y las naturales reivindicaciones de los derechos de las madres en la etapa de la reproducción, y las conciliaciones laborales y profesionales. A veces da la impresión de como si la lactancia natural, tan connatural a nuestra condición de mamíferos, fuese una moda de reciente adquisición. Y que su defensa sea también una cosa reciente, ignorando toda la actividad y esfuerzos de varias generaciones de puericultores, pediatras e instituciones como La Gota de Leche o la Liga Internacional. Cosas de los intransigentes.
Resulta bastante evidente que un producto biológico, una excreta de mamíferos tiene una trascendencia que va mucho más allá de la nutrición, el consumo, la industria, la biología del aparato digestivo o el metabolismo del calcio-fósforo. La leche es un tema social. ¡La leche!!
X. Allué (Editor)
(Imagen adjunta tomada de Food Intolerance Network. Una mapa similar de Encyclopedia Britannica, Inc. incluye más de media Península Ibérica con un 60% de la población intolerante a la lactosa.)
Lactancia- Texto de la OMS
La lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables. Prácticamente todas las mujeres pueden amamantar, siempre que dispongan de buena información y del apoyo de su familia y del sistema de atención de salud.
La OMS recomienda el calostro (la leche amarillenta y espesa que se produce al final del embarazo) como el alimento perfecto para el recién nacido, y su administración debe comenzar en la primera hora de vida. Se recomienda la lactancia exclusivamente materna durante los primeros 6 meses de vida. Después debe complementarse con otros alimentos hasta los dos años.
Si se empezase a amamantar a cada niño en la primera hora tras su nacimiento, dándole solo leche materna durante los primeros seis meses de vida y siguiendo dándole el pecho hasta los dos años, cada año se salvarían unas 220 000 vidas infantiles.
A nivel mundial, menos del 40% de los lactantes menores de seis meses reciben leche materna como alimentación exclusiva. Un asesoramiento y apoyo adecuados en materia de lactancia materna es esencial para que las madres y las familias inicien y mantengan prácticas óptimas de amamantamiento.
La OMS promueve activamente la lactancia natural como la mejor forma de nutrición para los lactantes y niños pequeños. En estas cifras y datos se examinan los muchos beneficios asociados a esa práctica, y se muestra que apoyando enérgicamente a las madres es posible aumentar la lactancia materna en todo el mundo.
La lactancia materna también es beneficiosa para las madres. La lactancia materna exclusiva funciona como un método natural (aunque no totalmente seguro) de control de la natalidad (98% de protección durante los primeros seis meses de vida). Reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario en el futuro, ayuda a las mujeres a recuperar más rápidamente su peso anterior al embarazo y reduce las tasas de obesidad.
Además de los beneficios inmediatos para los niños, la lactancia materna propicia una buena salud durante toda la vida. Los adolescentes y adultos que fueron amamantados de niños tienen menos tendencia a sufrir sobrepeso u obesidad. Son también menos propensos a sufrir diabetes de tipo 2 y obtienen mejores resultados en las pruebas de inteligencia.
Las preparaciones para lactantes no contienen los anticuerpos que hay en la leche materna. Si no se elaboran adecuadamente, conllevan posibles riesgos asociados al uso de agua insalubre y de material no esterilizado, o a la posible presencia de bacterias en la preparación en polvo. Puede producirse un problema de malnutrición si el producto se diluye demasiado para “ahorrar”. Mientras que el amamantamiento frecuente mantiene la producción de leche materna, si se usa leche artificial pero de repente se deja de tener acceso a ella, el retorno a la lactancia natural puede ser imposible como consecuencia de la disminución de la producción materna.
Amamantar es algo que se aprende, y muchas mujeres tienen problemas al principio. El dolor en los pezones y el temor a no tener leche suficiente para mantener al bebé son problemas corrientes. Los centros de salud que apoyan la lactancia materna -ofreciendo a las nuevas madres asesores formados al efecto- propician tasas más altas de esta práctica. Gracias a la iniciativa OMS-UNICEF de Hospitales amigos del niño, en unos 152 países hay servicios «amigos del niño” que prestan ese apoyo y contribuyen a mejorar la atención dispensada a las madres y los recién nacidos.
Muchas madres que reanudan su actividad laboral abandonan la lactancia materna parcial o totalmente porque no tienen tiempo suficiente o no disponen de instalaciones adecuadas para dar el pecho o extraerse y recoger la leche. Las madres necesitan tener en su trabajo o cerca de él un lugar seguro, limpio y privado para poder seguir amamantando a sus hijos. Se puede facilitar la lactancia materna adaptando las condiciones de trabajo, por ejemplo mediante la baja por maternidad remunerada, el trabajo a tiempo parcial, las guarderías en el lugar de trabajo, las instalaciones donde amamantar o extraerse y recoger la leche, y las pausas para dar el pecho.
Para cubrir las necesidades crecientes de los niños a partir de los seis meses se deben introducir alimentos sólidos en forma de puré como complemento de la leche materna. Para su elaboración se puede partir de la comida que tome la familia. La OMS destaca que:
- la lactancia materna no debe reducirse al comenzar a introducir alimentos complementarios;
- los alimentos complementarios deben administrarse con cuchara o taza, y no con biberón;
- los alimentos deben ser inocuos y estar disponibles a nivel local, y
- es necesario bastante tiempo para que los niños pequeños aprendan a comer alimentos sólidos.
(Este texto se corresponde al publicado por la Organización Mundial de la Salud)
X. Allué (Editor)
(En la foto, Nora y Matilda, sorprendidas mirando la tele, juegan a dar de mamar a sus (hijos) muñecos.)
Cuanto puede/debe durar la lactancia materna
El patrón de duración de lactancia en los humanos hasta hace menos de 100 años, ha sido de 3 a 4 años con variaciones entre el año y los 7 o más. Todavía hay sociedades y culturas en las que la lactancia prolongada es lo normal. En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) recomiendan mantener la lactancia hasta los dos años o más en todos los países del mundo.
- El amamantamiento es un acto personal entre madres e hijos.
- La leche de la madre de la propia especie siempre es mucho mejor que la de un animal de otra especie.
- En el primer año se recomienda ofrecer el pecho antes de las comidas.
- Los niños que maman por encima del año siguen obteniendo una cantidad sustanciosa de calorías y micronutrientes (hierro, calcio, vitaminas) de la leche que toman de sus madres (en ocasiones, por encima del 50% de las necesidades diarias).
- Después del primer año y por lo menos hasta el segundo es recomendable que el niño realice al menos 4 tomas de pecho al día, antes o después de las comidas, por la noche, etc. En esta etapa muchos niños maman como postre y cuando están enfermos es lo único que comen.
Cuando la madre desee destetar a su bebé debe hacerlo con delicadeza y paulatinamente. Se puede dulcificar el proceso de varias maneras:
- Posponer el pecho o darlo con condiciones (cuando termines la comida, cuando vayas a dormir, sólo en casa, o sólo en…) para ir disminuyendo el número de veces que mama.
- Cuando insista y «no sea el momento elegido», conviene proporcionarle otro tipo de consuelo: jugar, hacer un puzzle, leer un cuento, hacernos cosquillas, cantar, jugar al escondite, guardar los muñecos, etc.
- Hablar con el niño, darle alguna explicación de por qué «ahora no se puede» (mamá está cansada, ya comes bocadillos y con tenedor…). Los niños son mucho más comprensivos de lo que se espera, si perciben en sus padres un verdadero deseo de comunicarse y de compartir.
- Darle muestras de cariño continuamente (no sólo se ama dando el pecho).
Los niños no llegan a ser más o menos independientes según el alimento que hayan tomado, sino el modo en que se les ha dado éste (condicional o incondicional). En realidad no depende del tipo de alimentación, sino del estilo de crianza.
(Información tomada de la web En familia de la Asociación Española de Pediatria)
Lactancia materna o lactancia artificial
A estas alturas del siglo no creo que quepan dudas de que la lactancia natural es, para los mamíferos lactantes, la ideal. Eso incluye a los seres humanos.
Lo que está en controversia son los aspectos sociales de la lactancia. La publicación en el semanario de una conocida publicación periodística de un reportaje sobre la lactancia ha despertado una nueva fase de controversia. Que aparezca aquí el enlace no es para invitarles a que lo lean. El artículo en general no pasa de ser una pieza de periodismo intrascendente como cabe en un dominical. Quizà la portada–que aparece ahí al lado–resulta objetable de entrada por la provocadora utilización del cuerpo de una mujer añadido a la disyuntiva del titular, poco correcta por cuanto se refiere a la mitad del género humano. Son cosas de la libertad de prensa y la lucha por las ventas de periódicos, últimammente bastante deterioradas: cada día se les amarillean las páginas un poquito más.
Quienes han discrepado sonoramente han organizado una campaña de recogida de firmas alrededor de una respuesta escrita que incluye un denso e e innecesario argumentario en defensa de la lactancia materna, a cargo de una farmacéutica. Y cuando digo innecesaria es porque al director de la publicación le da una higa la argumentación en general y la lactancia materna en particular, a menos que le sirva para vender más periódicos. Probablemente fuera más eficaz una propuesta de boicot: hace más pupa.
Quedarán sin argumentar los aspectos sociales de la lactancia materna que, al final, son los determinantes: la libertad de elección, la prolongación de la baja maternal, la normalización de la lactancia en público y en general todo lo que vaya dedicado a la protección de los derechos de las mujeres. Mientras, de los derechos de los niños nos ocuparemos desde aquí con renovado entusiasmo.
X. Allue (Editor)